Reseña: La cadena
La Cadena Adrian
McKinty
Fecha de publicación
original: 9 de julio de 2019
Categoría: Thriller
"Uno
de los mejores thrillers de
los últimos tiempos."- El País
Conociendo a las víctimas o ...
próximos eslabones de la cadena.
El libro toca varios puntos válidos desde el inicio.
Primero: se nota la capacidad de los secuestradores para
superar las voces de su conciencia, superando también los obstáculos que se les
presentan en el camino, porque son emprendedores y están acostumbrados a
pelear. No entran en pánico en el proceso.
Segundo: la capacidad de los que están al mando de la cadena
para encontrar a los posibles secuestradores que seguirán sumando eslabones. La
capacidad de las víctimas para encontrar nuevas víctimas, usando métodos de lo
más sencillos, en las redes sociales.
El escritor cita a George Orwell y en
términos generales dice que no es el estado el que implementará y controlará a
la población con una vigilancia perfecta, son los mismos ciudadanos los que
facilitan el trabajo, a través de las redes sociales.
Este análisis me encantó y está llena de
verdad.
Convirtiéndote en secuestrador.
La protagonista termina convirtiéndose en
lo que odia, el monstruo que secuestró a su hija. Es interesante ver el dilema
moral que se desarrolla en su cabeza, desde conformar una lista con todas las
cosas que necesitará para llevar a cabo el secuestro, hasta las personas que
busca como potenciales eslabones.
Después de un esfuerzo increíble para
recuperar a su hija y tenerla entre sus brazos, yo me pregunto "¿no
podrá denunciar a la cadena y acabar con todo eso?"
La respuesta me dio en la cara de forma
abrupta, no.
El sistema está diseñado con un
"efecto retroceso" que se extiende varios niveles más abajo.
Efecto retroceso
Los nuevos eslabones no pueden contactar a
la policía o desertar de ninguna otra manera, si lo hacen, las consecuencias se
extienden a los eslabones que están abajo, los que se encargaron de
reclutarlos, si ellos no pueden arreglar el problema que se presente, mueren.
Igual que los que están más abajo si
tampoco pueden arreglarlo.
Los niveles pueden seguir bajando hasta
que el problema finalmente se resuelva. Es por eso que el sistema es en
apariencia, perfecto.
La protagonista recluta nuevos
secuestradores, les da las mismas instrucciones que recibió y estos deciden
ponerse en contacto con un alguacil retirado, la protagonista recibe órdenes de
subsanar el problema.
Tiene dos opciones: impedir el encuentro o
matar al rehén y empezar de nuevo.
Mal asunto ...
¿Te ves capaz de matar a tu rehén para
empezar de nuevo y poder así, subsanar el problema?
Secuelas psicológicas
Tratar bien a tu rehén no te exime de la responsabilidad por las
huellas que quedaran permanentemente en su mente.
Los rehenes presentan secuelas después del secuestro, recordando
los momentos de incertidumbre en la oscuridad, en solitario, con las manos
atadas y el deseo de volver a ver a sus padres.
Un hombre con la vida
destruida
Aunque la cadena presuma ser un sistema perfecto capaz de auto gestionarse bastante bien, de ser infalible y continuo, siempre hay que recordar que está compuesto por eslabones humanos, por lo tanto, es imposible predecirlos, sobre todo cuando la hija de uno de ellos termina en un psiquiátrico con su futuro destruido.
Es lógico que el padre, sin nada que perder, decida hacer
todo lo posible por destruir el sistema.
El error más grande sucede cuando utilizas el sistema que creaste
para resolverte la vida (económicamente) para propósitos "románticos",
afortunadamente, esa equivocación será lo que la protagonista necesita para
acabar definitivamente con la cadena, tenemos que agradecer que el creador de
la cadena también sea, aunque no lo parezca, humano.
Este sin duda ha sido un libro fascinante
de principio a fin, con todo lo que una novela de intriga, de calidad, debe
tener.
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